! El Hombre y La Bendicion de Ser Servidor !!



Bendición a los que sirven en el Evangelio
del agua y el Espíritu Mateo 5:6.

Jesús habló;a Los justo que tienen hambre de servir de Dios. Esto es debido a que todas las palabras de Dios son el alimento que da vida a todas las almas (Isaías 55:1). Toda la obra de Dios es también una provisión espiritual para los justos. Esta realidad es un secreto escondido para aquellos que no han nacido de nuevo.
Los justos tienen sus estómagos llenos de hechos justos a través de la unión con la iglesia.
Porque nosotros, que somos los justos a través de la remisión de los pecados, estamos hambrientos de la obra de Dios o hambrientos de deseos carnales. Porque todo el que tiene un corazón que quiere realizar la obra justa de Dios, Él siempre hace posible que los justos trabajen en plenitud a través de Su iglesia. Dios nos da la fe espiritual para que podamos realizar la obra de Dios, y nos llena si trabajamos por la justicia. En realidad, aquellos que quieren hacer obras justas por Dios aprenden de la experiencia que alcanzan la plenitud espiritual.
¿Están hambrientos de la obra justa de Dios? Si es así, recibirán la plenitud espiritual al difundir el Evangelio del agua y el espíritu y realizar la obra de Dios. Deben saber que aunque su yo exterior pueda tener un corazón que persigue los deseos carnales, el Espíritu Santo dentro de ustedes está hambriento de la obra justa de Dios, y siempre quiere realizar obras justas.
Nuestro Señor dijo en el capítulo 4 de Mateo que “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Cuando Jesús había ayunado durante 40 días, el diablo se apareció ante Jesús y dijo: “Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”. El diablo tienta, tanto a Jesús como al resto del mundo, diciendo: “el pan del cuerpo es vida”. Sin embargo esto no es así porque Jesús dijo: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. El hombre no puede vivir solamente del pan del cuerpo. Esto es porque los seres humanos tienen espíritu. Por tanto, los hombres necesitan comer el pan del cuerpo, pero también necesitan comer de la Palabra de Dios que sale de la boca de Dios, que es alimento para el espíritu. Esta es la única manera de la que nuestra carne y espíritu pueden vivir.
Básicamente, esta verdad nos dice que la Palabra de Dios que Dios nos dijo permite vivir a nuestro espíritu. Nosotros, los justos, no podríamos vivir solamente del pan de la carne, sino de escuchar y creer en la Palabra de Dios que sale de la boca de Dios. Por mucho pan que una santo nacido de nuevo come, todavía siente hambre y sed porque el espíritu está hambriento de la obra justa de Dios. Debido a que el Espíritu Santo vive en el corazón de los justos, debemos vivir realizando obras justas. Es decir, los justos sólo pueden vivir al oír y creer en cada palabra que sale de la boca de Dios. Esto demuestra que sólo podemos vivir si creemos en cada palabra de Dios siguiendo al Señor con fe.
Los espíritus de los santos nacidos de nuevo están hambrientos de las obras justas de Dios. Los hombres no viven sólo del pan de la carne, sino de oír y creer en cada palabra que sale de la boca de Dios. El espíritu de los justos puede disfrutar de la plenitud espiritual al difundir el Evangelio del agua y el Espíritu a otros. El espíritu y la carne de los justos vive para realizar obras justas alcansando a otros para conectarles con Dios..
Existe un deseo de realizar obras justas en el corazón de los santos nacidos de nuevo. Es Levantar a Dios en todo lugar.

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